EL PIE ROSA Y LA SERENIDAD

03.01.2014

  No conoces ni sientes el lugar donde vives hasta que no lo has visto desde su punto más alto. Eso ocurre también con Valenzuela ( Córdoba ), su ubicación en la ladera oeste de cerro Boyero hace que desde lejos se vea como si una salpicadura de la cal con las que están encaladas sus casas, hubiera caído descuidadamente sobre su vertiente. 

  Sin embargo cuando se camina por sus calles empinadas, uno va descubriendo que tiene color, el color que le dan los diferentes herrajes de las ventanas, las puertas talladas por los carpinteros locales cuya sensibilidad dejaron plasmada en los rostros que aparecen en algunas de ellas y los dinteles de piedra arenisca, que adornan muchas de las fachadas de sus casas salpicadas éstas por las gitanillas y geranios que de sus balcones caen, simulando la llamativa alfombra de serrín coloreada de intensos colores que una vez al año adorna sus calles en el día del corpus christi

  Pero es en la cima de cerro Boyero (478 m ) desde ese espolón del subbético donde se aprecia la belleza, serenidad y calma del paisaje. Donde a uno le envuelve una sensación de pequeñez ante la grandeza del universo y dejándose llevar por el éxtasis del absoluto silencio, únicamente roto por el viento, el espíritu se rinde, y con los brazos abiertos y los pies descalzos, las corrientes telúricas lo invaden y lo impulsan, haciendo que éste sacuda parte del lastre que su condición humana arrastra, consiguiendo con ello que la quietud, la serenidad y la confianza se restablezcan nuevamente

   Esta piedra fue encontrada en uno de los acceso que conducen a cerro Boyero, junto a los almendros, entre los restos de cascaras de su dulce y energético fruto del que alguien se alimentó antes de ascender por el encrespado camino.