EL PIE ROSA

05.01.2014

  El pie rosa nacido de la nada, aparece contundente sobre su pedestal. Con sus uñas marcadas, sus cuerdas tendinosas y sus falanges en tensión, da la impresión de querer pisar firmemente el suelo que no pisa, ya que ese pulgar tan desmesurado más bien pudiera ser un atributo importante para el ascenso por las terrazas que conducen al cielo Empíreo ( paraÍso ) de Dante, antes que para caminar por los descendentes peldaños que conducen a su Ígneo mundo.

     Lo encontré como ruda piedra próximo al entorno de cerro Boyero ( valenzuela ) formando parte de la pared de una vereda. Algo captó mi atención de entre todas las piedras, la hierba y la tierra que formaban el muro: su cuarzo rosado y sus micas brillando como diamantes.

    Como ruda piedra continuó durante meses envuelto en el lienzo, a modo de calcetín estrangulador, en el que lo envolví para su transporte. Cuando por fin salió nuevamente a la luz y sus diamantes volvieron a brillar, el proceso de creación comenzó. Primero siendo una vaga y deforme imágen en el subconsciente. Después convirtiéndose en inapreciables y casi indefinidas líneas, hasta que el capricho de la imaginación le fué dando forma. A ello también contribuyó, qué duda cabe, los metódicos y armoniosos golpes de martillo sobre el punzón. Al principio golpes tímidos casi inaudibles, pero conforme sus líneas se definían, esos golpes aumentaban su frecuencia de percusión, haciendo incluso que el paso del tiempo ni se oyera.

   L a materia de la que está hecha no es propia del entorno en la que la encontré, puesto que allí no abunda el granito rosa del que está compuesto en su totalidad, así que cada vez que la miro convertida en la obra que es, no dejo de preguntarme a qué ciclópeo bloque perteneció y si éste formó parte alguna vez de construcciones tan notables como los castillos, los palacios, las ciudadelas o las fortalezas, donde gracias a su robustez bien pudo proteger a la frágil naturaleza humana de sí misma, o simplemente si contribuyó con su largo rodar por la historia, a satisfacer necesidades más cotidianas.